Carta entregada hoy 18 de Septiembre firmada por la APDHA, Amnistía Internacional, Ateneo Republicano, Plataforma por la Memoria Histórica de Cádiz.
Sr. Comandante del B/E “Esmeralda” de la Armada de la República de Chile:
Permítanos en primer lugar expresarle nuestra más profunda solidaridad con el pueblo chileno en estos momentos en los que está padeciendo los terribles efectos del seísmo, que sentimos con el corazón de un pueblo amigo.
Nosotros, un grupo de ciudadanos y ciudadanas de Cádiz, en representación de diversos colectivos sociales, nos dirigimos a Vs. para manifestarle nuestro testimonio de protesta por la estancia del B/E “Esmeralda” en el puerto de nuestra ciudad.
Una protesta que en absoluto va dirigida contra el personal del buque, ni mucho menos contra el pueblo o las instituciones del la República de Chile, con la que tantos vínculos de hermandad nos unen. Todo lo contrario, pero sí entendemos que, si hasta el 10 de septiembre de 1973, el “Esmeralda” fue considerado una embajada marinera del puro Chile, que recorría los mares del mundo dando una honorable imagen de Chile, de los chilenos y de las instituciones de ese querido país, a partir de ese infausto día, los atropellos a los Derechos Humanos, las violaciones, los tratos degradantes y las torturas a personas civiles, a manos de oficiales, guardiamarinas y otros miembros de la tripulación, hicieron que aquel honor deviniera en un recuerdo imborrable y terrible de la represión de la dictadura pinochetista.
Este uso ignominioso del “Esmeralda” quedó reiteradamente denunciado por instituciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (Informe de 24/10/1974), Amnistía Internacional (Informe del 22/3/1980), Senado de los Estados Unidos (Resolución 361 de 16/6/1986), así como el Informe Rettig de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (1990), que demuestran como el B/E “Esmeralda” fue usado como centro de detención y tortura en el puerto de Valparaíso durante 1973.
Durante más de tres décadas las autoridades navales chilenas han ido negando todo reconocimiento público de aquellos execrables hechos. Pero la verdad se abre paso, si bien muy lentamente, a veces con desesperante lentitud, por eso hoy, nosotros, los ciudadanos, ciudadanas y asociaciones firmantes de esta carta, queremos recordar a aquellos que sufrieron, detención y tortura en el “Esmeralda”, por causa de su defensa de la democracia y los valores cívicos. Y queremos además enviar nuestra solidaridad con el pueblo chileno, tan hermano del pueblo español, que nunca podrá olvidar su gesto solidario acogiendo a los refugiados españoles, del barco “Winipeg” tras nuestra desgraciada guerra civil, y que encontraron su segunda patria en tierras chilenas.
Con nuestro respeto y con la esperanza de ver en nuestra ciudad de nuevo la estrella y el cóndor que representan al pueblo chileno, libre y soberano.
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