domingo, 7 de agosto de 2011

No se callan ni en aguatapa, cualquier película se convierte en un cineforum


Ayer después de un día de playa, algo quemado del sol (del astro rey) y después de una siesta, unos tweetes y una película de monos por la televisión, me apetecía ver el origen del planeta de los simios. Fue curioso la sala de proyecciones estaba bastante llena para ser Cadiz. Los espectadores diversos. Matrimonios de cuarentones, padres y madres tardíos, con criaturas algunas de ellas con chupete; otro sector compuesto por preadolescentes, y unos y otros con grandes cubos de palomitas y refrescos, vamos, un ambiente veraniego total, un cine de verano, pero en versión del Corte Ingles.

La elección fue motivada por el final de la primera versión del Planeta de los simios, esa playa desierta, con la cabeza de la estatua de la libertad medio enterrada, como símbolo de la estupidez humana que se había autodestruido. Andaba buscando saber cual había sido esta estupidez, y creí que en este "origen.." lo encontraría. Creo que lo mismo que las parejas cuarentonas, empeñadas en enseñar a sus retoños el mejor cine de sus años mozos.

Nada de esto sucedió, pero la sala se convirtió en un cineforum, ¿Os acordáis de aquellas tardes de domingo en cualquier parroquia discutiendo sobre el significado de los cerdos de las pelos de Pasolini? En la sala, y mientras un mono poco a poco se convertía en un guaperas de ojos verdes, todo el mundo comentaba, interpretaba, daba su opinión sobre cada acontecimiento en la pantalla, mientras un rubio de no mas de dos años gritaba un mono!, un mono!, cada vez que aparecía uno en escena, y en esta peli aparecen muchos.

Los mensajes ocultos son bocalizados de forma constante. Mira, decía uno al resto,le ha lanzado agua y corriente, cuando un mono lanzaba agua contra una porra eléctrica que llevaba un guardia malo, ...mientras un teléfono sonaba con el himno de Cadiz y alguien informaba a su madre y a toda la sala de que estaba en el cine. Otro informaba a la sala del parecido de una reunión de monos con una asamblea que había visto en alguna plaza de su pueblo.

Un mono! Un mono! seguía gritando el rubio con chupete mientras salían los créditos. La película por otra parte mala, mala..

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