Sigue el goteo, casi con ritmo, una a una, a veces varias al día, siempre en manos de los que fueron su amor algún día, todas tras años de calvario. La relación como posesión, la posesión como dominio, la idea de que conmigo o con nadie. No tengo lagrimas para seguir llorando, no tengo voz para gritar basta ya, mi limite de vergüenza quedo sobrepasado con la primera mujer que murió porque el que la mato creía que era suya. Perdimos hasta las cuentas, 39, 40 no lo se.
Nada o casi nada se puede hacer ya por las mujeres muertas, solo recordarlas, solo llorarlas sin lagrimas, solo encarcelar a los asesinos..
Pero en este mismo momento hay cientos de mujeres que se ven despreciadas por sus parejas, hoy, ahora mismo, miles de mujeres están soportando ese maltrato silencioso de moretones y gritos. A esta hora millones de mujeres cumplen religiosamente con sus "deberes" de madre, ama de casa, esposa, trabajadora, mujer de la limpieza, administradora de las finanzas, objeto de placer,....y todo porque son inferiores, porque son mujeres....
Por cada mujer que muere en manos de un hombre, por cada agresión que se produce, mas urgente es la igualdad cotidiana. Las leyes son importantes, sin duda, pero si no somos capaces de vivir en igualdad en el día a día, en minuto al minuto, en la casa y en el trabajo, en la cama y en la discoteca, con la hija y con la compañera de trabajo, poco avanzaremos, y esto si que depende de cada uno de nosotros y de nosotras.
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