jueves, 6 de octubre de 2011
No me llames Dolores llamame Lola, no me llames constitución liberal de 1812, llamame PEPA
Ayer entre alguna que otra protesta en la puerta, calorcillo en la sala y alguna ausencia significativa, fue inaugurado el curso del Ateneo Gaditano por el Presidente Pepe Griñan. Con una introducción magnifica de Juanjo Téllez, que entre alabanzas, criticas y reflexiones, hizo la presentación.
Griñan intentando transmitir esperanza y optimismo, dentro y fuera. No dudó en reunirse con los trabajadores que se concentraban en la puerta, y dentro se mostró orgulloso de esta tierra.
Varias cosas personalmente me llamaron la atención, la primera la ausencia o ausencias, cosas de la vida, pero una demostración más de que alguno no da la talla. Los abanicos del Rector y del Presidente del Ateneo también me llamaron la atención, no es que lo critique, ni muchos menos, es más, me parece que es desmitificar algo que suena a uso femenino, y que muy bie oiga.
Estas deportivas y esos calcetines, vienen a demostrar la relativa seriedad del acto, independientemente del gusto estético, no tiene nada que ver, pero a mi me llamo la atención, chulo ¿No?
Pero sinceramente, lo que me sorprendió, bueno no mucho, pero me sorprendió, fué la petición del Presidente del Ateneo a Griñan para que cambiara el nombre del nuevo puente sobre Cadiz. No le parece bien al Sr. Presidente de Ateneo que se le llame Puente de La Pepa, le parece poco digno para referirse al evento constitucional ¿?.
Y digo que me sorprendió relativamente, porque me acorde de la que monto la Sr. Teofila cuando se lanzo, hace un par de años, una campaña para acercar la celebración de La Pepa a la juventud, decía poco mas o menos, que era llamar a la rebelión y a la desobediencia civil. Y es que hay gente que prefiere que las celebraciones de la libertad, de la ciudadanía queden reducidas a bailes de disfraces, a actos oficiales y a poco más. Todo lo que sea participación ciudadana les da como sarpullido, prefieren una Pepa en una urna de cristal y lejos de las personas que hace 200 años la hicieron suya y la bautizaron como a uno mas de la familia, orgullosos de ser gaditanos y de que mientras defendían su ciudad, la Pepa se aprobaba dentro de esta isla de libertad.
No se puede alejar mas las cosas de sus dueños, llamar Pepa a La Constitución, lejos de faltar al respeto, es devolver al pueblo lo que se aprobó en su nombre.
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