Era en cierto modo previsible, los primeros pasos del nuevo gobierno andaluz se hacen en un campo minado, a la derecha le cuesta trabajo digerir que en Andalucia se pueda gestionar la crisis desde la responsabilidad, desde la izquierda. Sus ataques permanentes, antes y ahora, van mas lejos que disputas izquierda - derecha, son contra Andalucia como proyecto social, como entidad.
Desde la celebración de las elecciones andaluzas, los primeros pasos, en coherencia con los mensajes electorales, la conformación del nuevo equipo de gobierno ha tenido mas luces que sombra, que también las hubo. Los primeros pasos de reducción de la administración política, el abandono del esquema de cuotas provinciales en el gobierno, que en el fondo no era otra cosa que cuotas de familias y clanes. La opción de la gestión de la igualdad desde una perspectiva trasversal, en lo básico, no defraudan las ilusiones que andaluces y andaluzas depositaron en Pepe Griñan.
La presentación del "plan de ajuste" desarrollado, es un manifiesto andaluz, que intenta visualizar, que intenta demostrar, que se puede y se debe tener una gestión de la crisis que pasa por el respeto a los derechos sanitarios, a los derechos de educación y que se puede, y repito, se debe, reducir gastos sin tocar puestos de trabajo en la administración andaluza. Y que todo esto se hace dando la cara, con un presidente que explica, que informa.
Pero junto a esto, importante sin duda, no hay que olvidar que también en Andalucía se reproducen realidades que están en la calle. Me refiero a la necesidad de regeneración democrática, me refiero a la desafección de la ciudadanía, no hacia la política, sino hacia "la clase política". Muchas veces por causas reales, corrupciones, desplantes, caudillismos. Otras por pura percepción, y la percepción puede que sea subjetiva, pero esta ahí.
En esta Andalucía en la que mas de la mitad de su juventud esta en paro. En esta tierra donde las colas en los comedores sociales de caridad son cada vez mas grandes. Donde en los paseos, calles, plazas se las disputan jubilados, jubilados anticipados, empresarios arruinados y parados de todas las edades, hace falta algo mas.
Y este algo mas, no solo desde el propio gobierno andaluz, también entre los partidos que lo sustentan, Seguimos siendo tibios con la corrupción y practicas clientelistas de lo publico, estas no son otra cosa que la cobertura de la primera. A las famosas cartas de adhesión a imputados me remito, o a las mafias rusas.
Plantear el recorte temporal del salario de los trabajadores públicos, y rebajar en la misma proporción el salario del consejo de gobierno, va, vale. ¿ Pero es suficiente?, ¿ Medimos igual al trabajador mileurista de la administración, que a los que de forma voluntaria, ejercen lo publico desde cargos políticos? Hay que ser mas radicales, no vale decir que tenemos el presidente con el sueldo mas bajo. Ya se, que es el chocolate del loro, pero no es lo mismo, la autoridad moral ante la ciudadanía, el rearme moral varia sustancialmente, si en vez del -5% aplicado a cargos públicos fuera el -30% o -40% para los cargos políticos y seguro que ninguno acaba en las colas de servicio sociales.
¿Que pintan muchos asesores en diputaciones, ayuntamientos, consejos,..? Que si que el chocolate del loro.
¿Como percibirían la ciudadanía de a pie, la auto rebaja de los salarios, gratificaciones a la mitad de nuestros parlamentarios? También el chocolate del loro, sin duda, pero se estaría dando testimonio de honestidad, y eso también cuenta, y debiera formar parte del camino diferente.
De acumulación de cargos y salarios, mejor no hablo que luego dicen que me meto con Cabañas.
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