Las reflexiones no son mías, aunque la verdad, las suscribo casi totalmente. Lo publico Diego Cruz hace unos meses en diario de un transeúnte puestos a reflexionar, reflexionemos, con una máxima muy antigua "nadie es imprescindible; pero si muchos y muchas son necesarios" en Cadiz también.
A juzgar por los resultados electorales e, independientemente del candidato o candidata en cuestión, aquí de lo que se trata es de hacer bandera del PROYECTO que, a base de ideas y debate sereno y constructivo, vuelva a ilusionar en un futuro próximo a las personas.
Un proyecto de izquierdas, enfocado a construir más libertad como no dominación y más redistribución de la riqueza. Un proyecto, en definitiva, capaz de acercarse; sobre todo a los jóvenes, que son el segmento mayoritario de la población que ha dejado de votarnos.
Un proyecto que escuche, enaltezca y priorice la voz de su militancia; de esas personas que estuvieron allí, en muchos lugares, de manera constante y anónima, cuya participación y entrega ha sido uno de los capitales humanos más importantes que hemos tenido siempre.
Un proyecto que se ocupe y preocupe de formar a nuestros mayores en cuanto a nuevas tecnologías se refiere; que haga de la formación continua una de sus principales preocupaciones; a poder ser, con precios algo más acordes o, incluso, de manera gratuita.
Un proyecto que digitalice toda la memoria de nuestro partido, para beneficio de todos, porque de la riqueza de la memoria y la dignidad pasada es como también podemos construir un futuro mucho más fructífero.
Un proyecto que suelte el lastre de la astucia y sus comportamientos viciados, para aferrarse al talante colaborativo y a la suma de la inteligencia colectiva donde cada persona se sienta partícipe de una ilusión común, cuya predisposición y responsable compromiso, formen parte del sueño mancomunado que sepamos construir entre todos y todas.
Un proyecto que se tome el Socialismo como una manera de ser y estar en la vida; a modo, si se quiere, de religión laica, cuya pedagogía cívica sirva de ejemplo para hacer personas buenas en el sentido más profundo de la ética.
Un proyecto sincero, transparente; que le hable con humildad y coraje a los corazones de la gente. Próximo, a ras de la realidad que acontece, preocupándose en todo momento del interés colectivo desde su humanismo capaz e irrenunciable.
Un proyecto con una Casa del Pueblo 2.0, ágora global donde poder nutrirnos todos y todas, de tal forma que cada persona sea un agente electoral que propaga con ilusión el proyecto y los valores socialistas. Una intranet abierta y transparente; creativa y viral, que vaya sumando más ilusiones a la visibilidad de su trabajo.
Un proyecto que organice tertulias políticas presenciales, actividades cara a cara y programas de convivencia, donde la etimología de la palabra “compañero” o “compañera”, vuelva a recobrar su significación más profunda y responsable.
Un proyecto donde los liderazgos 1.0 y 2.0 trabajen sincronizados y de forma paralela, de tal forma que puedan confluir en una mayor creatividad y maneras innovadoras que obren en la mejora de los resultados.
Un proyecto donde en cada Agrupación se apliquen normas de trabajo constructivo y se marquen objetivos para llevarlos a cabo, abandonando el lastre de la camarilla rutinaria, y sustituyéndolo por la verdadera labor de equipo, horizontal y democrática.
Un proyecto, en definitiva, que actualice por completo el modelo de organización, de tal forma que la ingente tarea que tenemos encomendada sea mucho más provechosa para todos; desde la ética que siempre nos ha acompañado y los profundo valores en los que siempre hemos defendido, porque jamás hemos dejado de creer en ellos. Un proyecto, completamente integrador, horizontal y democrático que, en un futuro inmediato, sea capaz de transmitir a las personas; sobre todo: teorías convertidas ya en prácticas y… argumentos.
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