De nuevo, como era de esperar por otra parte, la derecha española, y que me perdone de verdad la gente que se siente de derechas y no representadas por el Partido Popular, ha elevado el tono del panorama, digo elevar en su sentido de amplificar, no en otro, ya que introducir el elemento terrorista en escena me parece, cuando menos, rastrero.
Quizás en los momentos más tensos son en los que la razón y la coherencia se convierten en los únicos argumentos validos. La burda, engañosa e indignante campaña desatada por el Partido Popular contra el gobierno, contra el estado de derecho, contra las trasformaciones y derechos sociales está poniendo los elementos necesarios encima de la mesa para que, como declaro el diputado Llamazares, esto se aproxime mas ha un golpe de estado blando que a una disputa política.
No se plantea en ningún momento, ni en el campo económico, ni en el campo de transparencia, ni, ni mucho menos, en el campo de lucha antiterrorista, lo cerca o no que se esta del cumplimiento de los objetivos que como sociedad tenemos, eso no importa, solo les importa comprobar si son capaces de anular, liquidar lo que entienden como un peligro para ellos y para conservar sus privilegios. Lo intentaron con ministras, jueces, policías, sindicatos, con todos los que ha arrimado el hombro por cambiar la realidad de la ciudadanía.
Soy un convencido de que lo importante es tener claro el horizonte, y nuestro horizonte sigue siendo una sociedad que viva en paz, con desarrollo económico que sea capaz de generar ilusión, en la que las relaciones entre hombre y mujeres se basen en relación entre personas y no relaciones de poder, entre otros valores y por eso estoy orgulloso y no tengo que pedir perdón por nada.
La paz se construye luchando contra los violentos, creando cultura de paz, y si para ello hay que detener a los terroristas se les detiene, y si para eso hay que hablar de paz con quien sea, se habla. Y yo me siento orgulloso de un equipo de gobierno que es capar de esto. No busco certificado de “demócrata” y menos que me lo den gente de dudosa, y a veces no tan dudosa, trayectoria, en una democracia quien da estos certificados es la gente cuando ejerce su derecho/obligación de elegir y cuando participa en lo público.
Cada vez estoy más orgulloso de estar donde estoy.
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