Las fronteras de Libia son un goteo constante de argumentos. Son personas que huyen del loco, corrupto y asesino que ostenta el poder de este país. Tunecinos, egipcios, europeos que van dando testimonio de la realidad por la que están atravesando el pueblo libio, y los trabajadores de las empresas europeas también.
Mientras Gadafi, más o menos acorralado, contrata mercenarios en contra de la población civil, Europa se reúne, propone, habla de la posibilidad de que se produzca un éxodo hacia la libertad. Los menos van proponiendo tibiamente el embargo de cuentas, proponen tribunales,… como decía la canción “parole, parole, parole.
Europa, a parte de pura coherencia de intereses, no debe, no puede permanecer mas tiempo deshojando la margarita. Europa se juega mucho al consentir que el comprador de armas, el que acudía a las fiestas de Berlusconi siga bombardeando a su pueblo.
Siempre desde ciertas posiciones parece que nos cuesta reflexionar sobre ciertos asuntos, la intervención internacional en terceros países es una de ellas. ¿Hasta que punto esta moralmente justificado este tipo de acción?
Con la misma firmeza que se reclamaba la salida de tropas Irak, hoy toca pedir más compromiso con el pueblo árabe que lucha por su democracia, que lucha contra tiranos puestos algunos desde capitales europeas. Es el compromiso y como decía antes es la defensa de nosotros mismos, de nuestros intereses.
Ayuda humanitaria por supuesto, pero es necesario un paso mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario