martes, 1 de noviembre de 2011

PRIMERO DE NOVIEMBRE, LAS LAMPARILLAS DE ACEITE EN EL BAÑO




Son solo recuerdos que me vienen en un vaivén este primero de noviembre mientras empieza a llover en este Madrid acorralado por la contaminación y Ana Botella. En casa de mis padres nunca fueron de ir a los cementerios en estas fechas, bueno ni en estas ni en otras, quizás sea porque una parte de los muertos andaban por la cunetas y en fosas comunes. Sin embargo, algo que tengo incorporado a mi memoria es el olor a aceite, agua y olor a cera quemada en el servicio. Era la costumbre de mi madre. Uno o dos recipientes con una mezcla de agua y aceite y lamparillas flotando. Cada vez que abrías las puertas, el resplandor y el olor te recibían, te inundaban. Mi madre, que no es de muchos santos, se la dedicaba a todas las animas, una formula mas democrática y menos exclusiva.

Lejos quedan estas sensaciones, pero presentes, cercanas en la memoria.

1 comentario:

Sombragris dijo...

Las famosas mariposas(así las llamábamos aquí)...un abrazo