jueves, 25 de agosto de 2016

Tricentenario

 
 

Todavía colean y resuenan las fastuosas celebraciones del bicentenario en este Cádiz trimilenario, cuando los estrategas en celebraciones y jolgorios preparan el tricentenario, y es que mira que nos gusta eso de celebrar, bueno sería más exacto hablar de formar comisiones para celebrar lo que haga falta.

Aún creo que no se ha hecho un balance riguroso del bicentenario, aún no hemos liquidado las deudas de los organismos que se crearon alrededor de una celebración a la que se cambio no sólo la denominación,- de la Pepa, se pasó a la constitución de 1812,  de campañas hasta cierto punto audaces y frescas, a una foto de una momia con el tipo de griega venida a menos a toda plana,  y a convocar a los liberales, se autoproclaman ellos mismos así, cuando sus raíces individuales y colectivas se hunden en lo más rancio y casposo de la ciudad, y fuera de ella-, sino su propia esencia para escarnio de historiadores.

Aún recuerdo a Mariano Rajoy fundamentando sus recortes de derechos, denominándolos 'reformas' en el espíritu de la constitución, y sin despeinarse,  ¡qué cosas,  nuestra señora del mayor dolor!.

Ahora toca el tricentenario. La Diputacion de Cádiz, estamento de dudosa utilidad, lidera la organización de la organización del evento. Evento, me refiero al tricentenario, tan lejano de Cádiz, casi lo mismo que la propia entidad. Pero bueno todo sea para rellenar 'curriculum' de gestor de algo más que de derrotas electorales, al fin y al cabo su presupuesto lo pagaremos directa o indirectamente entre todos, pero muy unidos y revueltos, pues más mejor.

Me da la impresión que con esto de las celebraciones puede pasar los mismo que con las burbujas, sean inmobiliarias, sean culturales, o curriculares, -que en todas partes hay burbujas-, y en un momento estallan en toda la cara, y compruebas que no se ha sacado ningún beneficio social para la gente, que solo entre cuatro mangantes se lo habrán comido, o que en el campo cultural, ni escribía, ni cantaba, ni na, que era un pufo más, un bluf.

Y dentro de unos años, unos estarán denunciando a otros por colocar a los amiguitos, por crear órganos que transcienden al propio tricentenario, se pedirán auditorías,...., y su eficacia y eficiencia, ¿eso que es? , pero al menos un par de añitos más seguirán mamando, que esto es Cádiz.

sábado, 20 de agosto de 2016

La gente imprescindible

 



El dramaturgo, poeta, y algunas cosas más, Berthold Friedrich Brecht, hacía referencia a la gente buena y a la imprescindible, a la gente que luchaba uno, dos, veinte días, y a los que mantiene viva siempre la llama de esa antorcha de la coherencia.

Me viene a la memoria las locas madres de la Plaza de Mayo, que cada semana, hiciera frío o calor, daban vueltas en esa noria de la decencia, pidiendo lo imposible,- que si se los llevaron vivos, vivos querían encontrarles-. Locas, las llamaron locas. Tuvieron días mediáticos, días con presencia de personalidades, pero también, días que estuvieron solas, con sus pañuelos, con su locura. Unas encontraron a sus hijos, otras a sus nietos, pero todas nos dieron una lección, la de la dignidad.

En Cádiz, como en otros sitios, ha habido gente que desde el momento uno del gobierno de los recortes, manifestó públicamente su desacuerdo, entre ellos los funcionarios, o trabajadores de la función pública, como quieran, y entre ellos los trabajadores de la Seguridad Social. 

Y cada viernes, porque son los viernes cuando el consejo de ministros decretaba sus recortes han manifestado su repulsa y la reivindicación de todo lo que les han quitado,- viernes negros los ha llamado-. Al principio estas 'celebraciones' fueron más o menos participadas, hicieron procesiones del santo recorte en Semana Santa, hicieron zambombas reivindicativas en Navidad, carreras de aviones de papel en aquellos días que la Teo nos contaminaba los cielos de la ciudad con las ' demostraciones aéreas', incluso alguna plumilla redactó manifiestos esos días.

Después de casi cinco años, ahí siguen con sus petos negros todos los viernes, luciendo cada día con más orgullo su firmeza. En verano son menos,  las vacaciones es lo que tiene, en otoño, en invierno, son más, pero a estas alturas el número dice poco. El viernes pasado aprovecharon para despedir a una de ellas que se jubilaba, que mejor despedida que en una concentración de los viernes negros, que lujo de despedida.

Y en cada una de estas personas, en cada uno de esos viernes negros, una sola idea: no a los recortes,- ni los económicos, ni los sociales, ni los de los derechos. 

A mí me recuerdan a esas locas de la Plaza de Mayo, cuando cada viernes veo la foto de la concentración de trabajadores de la Tesoreria de la Seguridad Social en la redes sociales, casi siempre les digo lo mismo, "gracias por ser testimonio de dignidad", y aunque ni sindicatos, ni partidos, han dado muestras de apoyo, no me olvido de aquella frase de Marcelino Camacho: "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar". No estaría mal que el alcalde de Cádiz, sin prensa, sin fotógrafos, un viernes fuera a darles las gracias, porque estos vecinos, José María, si son imprescindibles.

lunes, 8 de agosto de 2016

Pese a algunos, Cádiz es Cádiz y mira al mar


 

Por mucho que nos empeñemos con grandes y concienzudas reflexiones, Cádiz es imposible que deje de mirar al mar, dirijas la vista allá donde quieras mirar, el mar está ahí. Cosa diferente es que del mar venga la riqueza a Cádiz,  en la medida que es necesario y deseable.

Nunca nadie se lo puso fácil a Cádiz, incluso para aprovechar su "fuente natural" de desarrollo, ni antes, desmantelando casi por completo su industria marítima, ni tan siquiera en la celebración del acontecimiento de este fin de semana, -la regata de los grandes veleros-. 

Empezaron desde la Junta cobrando un canon que nunca antes se había cobrado al Ayuntamiento, siguió el gobierno central anulando la participación del Juan Sebastián Elcano, empresas 'afines' que habían colaborado en ediciones anteriores, esta vez se hicieron los locos, incluso algún colegio religioso, que en años anteriores habían participado, en esta edición, 'no podían adaptarse'. Todo a punto para echar chorros de tinta azul sobre esta ciudad.

He visto fotos, cómo no, de venezolanos subiendo jamones a su barco, puro 'periodismo gráfico', he leído a alguna plumilla quejarse amargamente 'que las terrazas de San Juan de Dios parecían 'merenderos públicos', esas casetas que parecían 'ferias de pueblo' , -todo tan del populacho-, donde va a parar con las fiestas selectas de vestidos largos, pómulos de silicona y tapas del faro entre mechas de bote. Como leía el miércoles pasado, "algunas ya tienen redactado su editorial para después de la regata", y es que no se trata de regata, si no de Cádiz, que 'esta fatal'.

Lo que todavía no he leído, pero leeré, seguro, algo así como: los únicos que merecían la pena han sido los italianos, con sus uniformes de Armani, no como esos larguiruchos rubios de los rusos, con sus gorros que podían ser sombrillas, o esos bolivarianos o mejicanos tan chaparritos, tan renegrios....

Pero Cádiz es mucho Cádiz, y su gente no se amilana. Y contra todo deseo rancio, si, digo rancio, ha salido a vivir Cádiz y su mar, y su puerto. Ha cambiado las dobles páginas de los diarios con fotos de los 'guapos y guapas' luciendo moreno de rayos uva de urbanizaciones bien, por gente de la Barriada, del Mentidero, de la Plaza Mina y de Bahía Blanca ( menos) paseando, disfrutando, haciendo Cádiz. Ha cambiado las visitas VIP, de las que vienen a las Redes o Vistahermosa de vacaciones, por los madrileños, manchegos, sevillanos...- estos si que son personas muy importantes para Cádiz-, que año tras año nos visitan y alquilan su apartamento en la ciudad, formando ya parte de Cádiz misma. Hemos cambiado esos séquitos de concejales, ministros, amigos de ministros y amigas de concejales pasando por la entrada de "personalidades", por un alcalde  con su familia guardando cola para pasar el control de seguridad del recinto, como el resto de visitantes. 

Seguro que alguno ha puesto velas a la virgen de las aguas para que lloviese, tronara o algo peor estos días de grandes veleros, pero no, los gaditanos lo hemos sacado adelante, eso sí, casi solitos.