jueves, 20 de marzo de 2014

Bravo por la música, que nos hace mágicos

Publicado en el Diario de la Bahía de Cádiz
Audio en Radio Educom


Hace ya mucho tiempo, cuando el color se peleaba por ser, y el predominante era el gris, una revista que luego se convirtió en un grupo de esos que se presentó a las primeras elecciones, y más tarde se integró el la "casa común" de la derecha, y como ahora, hablaba sin complejos de las matemáticas modernas de entonces , -las de los conjuntos y subconjuntos- como de orientación marxista. La revista era Fuerza Nueva

En dictaduras militares como la griega o argentina, estas mismas matemáticas, fueron desterradas de escuelas y universidades, un "teórico" argentino Julio Garrido (científico afincado en España) sostenía que “el lenguaje matemático actual incluye vocablos de neto cuño marxista”. Poco después, los ministros de Educación de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba se hicieron eco del texto de Garrido en una reunión del Consejo Federal de Educación, donde plantearon que la matemática moderna debía ser desterrada de las escuelas argentinas por “subversiva”.

Pero ¿por qué la reforma, o mejor dicho, la contrarreforma de la educación que "capitanea" Wert , conlleva la desaparición de las enseñanzas musicales del currículum escolar? Quizás puede parecer exagerado, pero me da la impresión que por ahí va la cosa.

En música hay armonía, en música una nota no es nada, es la combinación de varias notas distintas, con diferentes disposiciones, en órdenes aparentemente anárquicos, las que crean una melodía que nos habla, nos cuenta cosas, y lo más importante, nos transmite sensaciones.

La cultura de los pueblos, de las diferentes civilizaciones, se transmite a lo largo de la historia tanto a través de música "popular", como de la música "culta", si es que existe esta diferencia.

En la música nunca está dicha la última palabra, la música como una forma más de expresión, evoluciona con la propia evolución de las personas, de la sociedad; es más, la música forma parte de las propias personas, de cada una de sus vivencia, de la misma sociedad.

A los más pequeños ...mecemos con una nana, con una canción o simplemente con un rítmico ea, ea, ea...,que suena a música. Es con canciones como se alegran los patios de los colegios y las plazas. ¿ Quien no asocia una canción a ese primer amor? Y así, de múltiples formas, la vida la vamos tejiendo entre notas musicales y recuerdos. Si pienso en un lugar, si quiero evocar un hecho, siempre lo asocio con una canción, con un ritmo, con la música en definitiva. Si pienso Cádiz, un tanguillo o un cuplé acompaña el pensamiento, si veo un Cristo recorriendo las calles, una marcha; pero si los recuerdos me llevan a momentos colectivos de la historia, me pasa lo mismo.

Quizás sea por esto, quizás porque en la música, o mejor dicho con la música, somos capaces de relacionarnos, de comunicarnos, de socializar penas y alegrías; o pudiera ser, al igual que en los años setenta con las matemáticas modernas, que confundan términos, crean que una orquesta es una especia de colectivo soviético, crean que un grupo de cuerda es una célula de actividades radicales, porque crean radicalmente, y eso no lo pueden permitir y eliminan la música de los colegios, no se....; también puede ser que son así, tontos del culo.

Si se calla el cantor calla la vida
porque la vida misma es todo un canto,
si se calla el cantor muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría.
(Horacio Guaraní)

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