lunes, 30 de diciembre de 2013

Pócima milagrosa para el año que asoma

Artículo publicado en el Diario de la Bahía de Cadiz



Puede que sea por el mal augurio que conlleva el número 13, puede que ser por el segundo año triunfal de los Rajoy boys y compañía, pero si tuviéramos que hacer un balance de este año, sería muy difícil de resumir en un par de frases. Ha sido una año en que los animadores de las contrarreformas han empezado a recoger sus inversiones, han empezado a exigir su cuota en los dividendos. Atrás quedaron campañas infames sobre utilidad de sindicatos, partidos, izquierdas...ahora que todo son eriales quemados, llegó la hora de recoger dividendos.

¿Vivisteis por encima de vuestras posibilidades?, o simplemente ¿vivisteis?. Llegasteis a pensar que era posible ser libres, ser felices, y eso no lo perdonan.

A sólo unas horas de terminar uno y empezar otro año, busquemos remedios y antídotos.

A) Empecemos por abrir mochilas y maletas, bolsas y bolsillos, sacar todo el malaje que se haya depositado durante un largo año. Sacar esos polvos de colores que hay en el fondo, ahí están los restos de las ilusiones que teníamos el año pasado. Pongamos estos polvos en una taza grande.

B) Ahora algo más complicado. Recordemos algo, lo que sea, que nos haya hecho reírnos mucho, pero mucho mucho. ¿Lo tenemos? Demos dos tres vueltas hasta que las lágrimas se nos salten de emoción alegre, coge una una cucharita de moca un par de esas lágrimas que se resbalan por la mejilla izquierda, -ojo con esto que es importante- y las ponen con los polvos de los buenos recuerdos y sueños incumplidos de año anterior en la taza.

C) Esta fase hay que darle a los sueños, que es algo parecido a la imaginación pero de "buen rollito", es decir, en plan positivo. Soñemos que cosas nos gustaría que ocurrieran en el año que estrenamos,-ese no, que dije antes que era en plan positivo, que os veo las intenciones-. Así mejor, si esos sueños valen, coger tres, y los lleváis a la taza con los polvos y las lágrimas de reír.

Después con una pluma, de ave o de hombre , da lo mismo, son igual de efectivas, demos vueltas a los ingredientes a la luz de la luna mientras decimos en voz alta algunos de los poemas de Mario Benedetti, ( ..defender la alegría como una trinchera....), a mi también me funcionó con las nanas de la cebolla de Miguel Hernández, (..tu risa me hace libre, me pone alas..), verás como poco a poco se va convirtiendo el contenido en una fina crema. Hay que tomarla justo cuando esta amaneciendo, o cuando esta anocheciendo, esa hora entre " chien et loup", ni antes ni después, y ya está.

A partir de las dos horas rían, la sonrisa pasa a ser el estado natural, vamos, el que se hace sin ningún esfuerzo, pero repito, rían, no un poco, ni durante un instante, ríanse de ellos, de las putadas que hacen. No es que hay que sustituir la indignación o la dignidad por la sonrisa, ni mucho menos, pero acompañadas de las carcajadas son más contundentes. No soportan que nos riamos a la vez que luchamos, no están preparados para la felicidad.

Sean todo lo felices que su cuerpo aguante, y un poco más. Los he visto inquietarse, ponerse nerviosos, temblar al escuchar las risas de la gente. Busquen la felicidad en las miradas cómplices de la persona de al lado, en un guiño solidario, en la persona o personas queridas, en comprobar que se esta vivo. Podrán quitarnos muchas cosas, sin duda, pero la dignidad y la risa son nuestras, nuestras mejores armas de destrucción masiva de la mediocridad para este 2014.

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