lunes, 21 de mayo de 2012

Los nuevos liderazgos, los líderes y lideresas

Dos blogueros gaditanos, hablando con propiedad una bloguera y un bloguero, Blanca Flores y Pedro Alvarez Díaz, han puesto sobre el tapete dos reflexiones sobre el liderazgo. Desde perspectivas diferentes, aparentemente sin nada que ver, reflexionan sobre el liderazgo y sus digamos estilos.

Con Pedro y con Blanca comparto ilusiones, inquietudes ,el positivismo, la ilusión por descubrir; la fe en el hombre y sobretodo y aunque parezca raro, ni somos,ni queremos ser de la misma familia. Al menos yo considero mucho mas importante a los compañeros y sin embargo amigos.

El otro día otra amiga publicaba su opinión,y decía que un problema del socialismo gaditano es que los que actuaban o querían actuar de líderes, no conectaban con la sociedad, y por lo tanto no actuaban mas allá de puertas para adentro, y yo añado, y sin ningún resultado.

Ha pasado ya el momento en el que los líderes se fabrican, se diseñan en operaciones de marketing. Eso ya no funciona ni en la prefabricación de canciones del verano.

En una sociedad viva, como es la sociedad gaditana, es la sociedad la única que da el titulo de líder o lideresa, y es fuera donde hay que buscar la solución.

De nada vale votaciones, urnas o eslóganes manoseados por ilustres. De nada vale estandartes ni etiquetas que se cambian según sopla el levante o el poniente.

No valen los nuevos aires que traen el olor a rancio, no se trata de vestirse ahora de unitarios cuando la practica ha sido lo único, que solo tiene en común la raíz, nada mas.

No quiero sentar cátedra, ni mucho menos, pero me da la impresión que lo viejo, tanto en personas como en métodos puede ser que a Cadiz no le sirva. Mayorías forjadas y tejidas por manos que no se renuevan, lejos de la sociedad, o por manos que lo único que persiguen es el mas puro continuismo, porque continuista es no hacerse la mas mínima critica o autocrítica, pudieran ser, pero serian viejas de nacimiento y por tanto lejos de la ciudadanía.

Quizás nos demos cuenta mas tarde de lo que queremos, quizás hace falta cierta dosis de humildad, o quizás ambas cosas, pero se producirá seguro. Se lo debemos a aquel que en casa Labra le dio por soñar, y casi mas importante se lo debemos a esa ciudadanía que sin ella somos caricaturas de nosotros mismos.

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