domingo, 8 de abril de 2012

Radical contra la corrupción.

Normalmente soy bastante comedido con casi todo, pero hay un tema ante el que soy radical, la corrupción.

Esta nuestra democracia adolece de tics, que evidentemente tiene la sociedad en la que esta funcionando. Es relativamente fácil trasladar esos vicios de una a otras de otra a una. Siempre he tenido en alto valor la política, y en ella a los partidos políticos, entre otras cosas porque su negación no es otra cosa que otra política, la dictadura.

Entre todos los males que amenazan, hay uno al que tengo especialmente repugnancia, la corrupción, la corrupción como manera de hacer, como norma de conducta. Aunque es verdad que esta practica no deja de ser un resultado de otras formas, que quizás mas arraigadas de lo que nos creemos, se practica con cierta normalidad.

Al hilo de esto, y quiero que se me entienda, miro con cierto orgullo, que casos de corruptelas practicados por algunos, no son castigados, al menos con cierta contundencia, por su electorado. Mientras que en los casos que han sido practicados por los que se denominan de izquierda tienen una alta factura, en cierto modo me hace sentirme orgulloso de ese electorado.

También es verdad, que la actitud antes los casos detectados no es igual, unos protegen, miman, justifican, y otros los ponen en manos del juez, y piden prisión incondicional, no es lo mismo.

Pero yo soy de los que esta convencido, que cuando estamos hablando de valores diferenciales, de características, de raíces, hay que ir un poco mas allá. Independientemente del reforzamiento de legislaciones punitivas y preventivas, soy de la opinión que en clave interna tenemos que dar un mensaje, con una normativa interna de hierro al respecto. A los condenados por supuesto, que no les quede campo para correr, pero un paso mas, y un paso mas en el sentido de que nadie imputado en un proceso judicial por corrupción, sea o no sea culpable, no debiera poder ostentar ningún cargo orgánico, sea de la naturaleza que sea este. Y por supuesto no debería poder ser miembro de ninguna candidatura a cargo institucional. Radical? Sin duda. Necesario? También.

1 comentario:

Paco Velázquez dijo...

Estoy contigo, Fermín.